
31 Mar crowd-annoying, crowd-disturbing
crowd-sourcing, crowd-funding, crowd-creativity, crowd-voting,… CROWD.
Ahora bien, las nuevas soluciones no atienden a problemas que antes no estuvieran atendidos. Las nuevas soluciones desplazan a las antiguas soluciones y generan tensiones.
Aparecen también nuevas propuestas para solucionar las necesidades de desplazamiento de los viajeros. Blablacar, es lider en viajes compartidos en Europa, y despierta el recelo de Fenebus, patronal de autobuses, porque considera que el consumo colaborativo daña el negocio de empresas de transportes. Solicitan una regulación que garantice la calidad del servicio y la seguridad jurídica del viajero. La necesidad de una normativa que regule el consumo colaborativo es aceptada por todos. Sin embargo, no todos quedarían contentos con la normativa que se apruebe. Son intereses muy distintos.
Durante estos días se discute el Anteproyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial. Su contenido aborda la regulación del crowdfunding. Lo que conocemos no gusta a las plataformas de financiación colectiva. Sobre todo, aquellas especializadas en equity-crowdfunding. ¿Por qué? Por las limitaciones que recoge: Se fijan límites por inversor tanto por proyecto (3.000 euros) como por plataforma (6.000 euros por año). Crowdangel recoge los argumentos en contra de esta limitación de una manera muy acertada. La normativa en su actual redacción elimina al crowdfunding como opción de financiación para una parte muy importante de proyectos que seguirá optando a las vías de financiación menos nuevas en el sistema financiero.
Lo nuevo está inquietando y está molestando. Es crowd-annoying, crowd-disturbing.
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